domingo, 15 de enero de 2012

"A propósito de Fraga, a contracorriente"

Como me gusta llevar la contraria, voy a expresar lo que pocos se atreverían a hacer en Facebook. Se ha muerto Manuel Fraga Iribarne, ¿y sabéis cuál es mi opinión? Se ha muerto un gran político. Ministro de Franco, sí, ¿quién de nuestra clase política, intelectual o empresarial no ha tenido pasado relacionado con el franquismo? Una gran mayoría: el padre de Manuel Chaves fue militar de alto rango afín a Franco, el padre de Bono fue falangista, Juan Luis Cebrián y mentor Jesús de Polanco (PRISA) hicieron sus fortunas y emporios gracias a sus relaciones directas con el “caudillo”, e incluso Miguel de Unamuno llegó a apoyar el 18 de julio, arrepintiéndose después. Represor, por supuesto que no lo voy a negar, pero, tan represor como Santiago Carrillo en Paracuellos del Jarama en la Guerra Civil Española. Si sacamos la ropa sucia de unos, hemos de sacar la de todos, o si no, conceder la oportunidad redención cómo sí se le has otorgados a sólo unos pocos, todos de la izquierda política.

Gracias a Fraga, se retiró la censura previa, aunque ésta continuó, de acuerdo. Fue un primer paso para un régimen inmovilista. Amplió la red de paradores nacionales, sí esos hoteles del Estado que muchos ven como un residuo burgués y que seguro que el día de mañana cuando tengan dinero, se hospedarán en ellos. Es padre de la Constitución de 1978, y digo bien en que “es”, porque la Constitución sigue vigente a pesar, seguro, de alguien. Resumir a Fraga como ministro de Franco, es obviar los últimos 40 años de la Historia de España. Es obviar aquellas frases que espetó a personas como Tejero el 23 F : “¿puede la Guardia Civil tenernos como a una pandilla de forajidos a tantos hombres indefensos? Yo ya no puedo más, disparen contra mi”.

Me quedo con las últimas palabras de la columna de Rosa Montero (El País) que saldrá publicada hoy, 16/I/2012: “Hoy lamento la pérdida de este hombre irrepetible: el mundo será más convencional sin su presencia. Además, creo que hay que reconocer su esfuerzo por apaciguar en su momento a la derecha más cerril. Esto es: le agradezco que se comiera a los caníbales.” Fraga, con sus errores y defectos, fue fiel sólo a una cosa: a España. Su único objetivo fue servir a España y no como otros, que su único objetivo es el de servirse de España para sus intereses personales y los de su bolsillo.

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