martes, 30 de octubre de 2012

Una deuda histórica

Tenía que hacerlo. No podía dormir. "Pagar mis deudas" a lo Lannister. Me picaban los dedos, dolidos porque de mis manos no tuvieran unas letras para tí. Pero, sobre todo, me picaba la conciencia. La conciencia (sabia ella, siempre) de no haberte dicho esta mediodía "gracias" en lugar de seguir vacilándote hasta hacerte enfadar. Lo siento mucho.

Este post, Isabel, va dirigido a tí. Porque te quiero. Mucho. Como cierta persona que cada noche te escribe en twitter para que lo leas y lo recuerdes por la mañana. Afortunada ella que te tiene... Eres la única mujer que siempre me va a querer, y posiblemente no haya hombre en el mundo que te vaya a querer más que yo, quitando a nuestros padres.

Sí, es así, cariño, aunque muchas veces, o casi nunca, te lo diga. Debería hacerlo más, pero sabes que me cuesta. Tengo esa coraza tan Barrado que tenemos todos los malditos de esta familia. Esa que no nos permite demostrar cuánto afecto tenemos dentro de ella. De ver que tras ese frío acero, se esconde el calor de la piel; de la sangre corriendo por las venas.

Tenía que hacerlo. Porque sí, porque eres mi espejo en el que mirarme. Eres una de las personas que más quiero en este mundo (sólo superada quizá por la devoción cuasi mariana que le tengo a mamá). Eres una de las personas que más sabe y más me ayuda. No hablo sólo de conocimientos, como esta mediodía, sino de mucho más. De saber sonreir, cómo afrontar la vida. De ser feliz con poco estudiando mucho, sacando unas notazas. Porque tienes un inglés perfecto que es mi envidia.

Eres un ejemplo. Mi ejemplo a seguir.

Pero no solo en esa manera formal te quiero, Isa. También te quiero en tu faceta distendida, por esas frikadas que compartimos que nos hacen reír inmediatamente. Por esas conversaciones con la boca llena sacándola y mostrándola a los presentes mientras nos decimos "dafgme ungm bezigrto". Por todos esos XD que nos ponemos a lo largo del día. Por esos golpes en el tabique para que me prestes atención (y viceversa).

Por esas veces que me dices "Tateeeeeeeeeeee, traeme aguaaaaaaa" por skype cuando estás a tres pasos de mí y eres tan perra de no levantarte a por ella (a pesar de que estás más cerca!).

Eres mi compañera, no sólo de casa, de familia, de habitación de al lado. Es tanto lo que nos une, que temía que nunca fuera capaz de expresarlo correctamente y de manera bella. Lo primero, al menos, con este escrito, lo he conseguido. (Le he pasado el corrector ortográfico ¬¬ para que así fuera, aunque seguro que Garriguet encontraría mil imperfecciones xD)

Por todo eso y, sobre todo, porque te voy a echar de menos muchísimo el día que no te vea cerca de mí como te veo ahora...

Te quiero, Isa.

martes, 2 de octubre de 2012

Droga

Hola. Soy Mario Barrado y estoy enganchado a la droga. Aunque no lo parezca, sí, yo; estoy enganchado.

Todo empezó exactamente hace un año y me ha llevado a perder 2 novias, estudios y no conseguir un trabajo. A vivir en una profunda y permanente tristeza, exceptuando los ratos que recuerdo esos momentos maravillosos que me han ocurrido durante este año.

Todo empezó, como ya he dicho, hace justo un año. Partía yo hacia un destino desconocido, con una pareja que en ese momento venía de lejos y que nos prometimos volver. Luego se verá que fue imposible por culpa de la droga. Esa maldita droga.

Comenzó poco a poco, como todo en este mundo supongo. Conociendo gente, conociendo nuevas situaciones; sin saber un poco qué hacer. Pero disfrutándolo a tope, siempre metido, desde el incio, en que iba a ser mi año, el año que cambiaría mi vida. Y a fe que sí, que lo ha sido. Fue continuando como las cosas que no tienen mucho sentido, como ese Informe Robinson de Millar en el que dice que el no quería, que realmente estaba allí y ya que estaba allí, había que triunfar. Y sí, triunfé.

Vaya que sí. Conocí gente nueva hasta Navidad, en muchos casos maravillosa, que me hizo darme cuenta que esta mierda estaba siendo maravillosa. Pasé frío, empecé a perder algo de dinero, pero no me daba cuenta. Gastaba respaldado por una generosa cantidad estatal. Empezaron las primeras fiestas, pero mientras, iba perfilando mi fin de los estudios, amparado todavía en la cordura que me quedaba, todavía no había entrado de lleno en esta droga.

Llegaron las Navidades, y causado por esta maravillosa adicción, perdí a la primera mujer. Me dijo que había cambiado, que no era el mismo. No lo quise ver, pero era asquerosamente cierto. Era otro y ella era parte del pasado. Pasé fin de año deseando que ese estado de ánimo mientras "estaba allí" fuera permanente. Cosa lógica, creo.

Conocí a mi segunda mujer en poco tiempo. Era perfecta. Aún sigo pensándolo. Guapa, rubia, simpatiquísima, conocedora ya de mi situación. La aceptó, aceptó el reto. Lo cual le da aún más valor. Empezamos, yo hice muchos sacrificios, ella todavía más, a juzgar a posteriori. Pero... entre nosotros se interponía ella. Disfrutaba. Era feliz con esa sensación.



Así llegó la primavera. Ya con mis estudios finalizados, sin futuro. Me eché en brazos de esta situación completamente. Salí, viajé, me encontré con mis amigos que compartían esa misma sensación. Que estaban en mi mundo, en mi fantástica situación de vivir por encima del bien y del mal. De ser privilegiados. Lo creíamos. Lo éramos. La droga nos comía, nos daba la vida. Risas infinitas, juergas escandalosas. Conociendo gente maravillosa que jamás olvidaré. Situaciones increíbles...



Y de repente, plaf. Caí, volví al mundo real. Dejé esa droga. Se acabó el dinero, los viajes, las juergas, los amigos, el mundo. La libertad de levantarte a las 3. La libertad de hacerte la comida cuando te sale de los huevos, porque todavía tienes que disfrutar aún más. La libertad de coger el metro, dar un toque y llegar a seguir probando algo nuevo. Qué tipo de experiencia me daría la droga hoy? Eso pensaba.

Pues bien, la realidad me devolvió un caracter agrio, depresivo. Melancólico. Esta situación de echar de menos esa droga me ha hecho que se lleve por delante a mi segunda mujer. La pobre, harta, acabó huyendo porque no encontraba esa sonrisa que tenía entonces. Comprensible y adulta. Torera. Lo acepté, porque yo fuí el que le dije que no era el mismo desde que había salido. Desde que todo acabó.



Sin embargo, sin la droga la realidad duele. Sin trabajo, sin poder estudiar, en un país que no favorece esas situaciones. Y constándome mucho desengancharme, viviendo del recuerdo. Pero bueno, hay que seguir limpio, cual ciclista que vuelve a la carrera a intentar ganar algo durante su vida. A intentar ser feliz habiendo probado las mieles del cielo.



Este es mi relato, un año después de comenzar a probarla. Droga dura esa Erasmus. Durísima.

(Va para todos aquellos que tienen este sentimiento de echar de menos el estar juntos, el quedar en MuseumsQuartier. El Prater. Los partidos de fútbol por la mañana en la jaula. El coger el cercanías. Un abrazo y un beso ;) )

jueves, 13 de septiembre de 2012

Tristeza

Tristeza, melancolía, pena... Llámenlo como quieran. Ese sentimiento que te invade y que todos somos capaces de describir, de saber exactamente de lo que estoy hablando.

¿Que por qué me siento así? Realmente no sé por qué. O sí. O todo junto y viceversa. Y más. La verdad que no sé cómo explicarlo. Mujeres, amigas, amigos, fútbol, trabajo, estudios... España. Quizás sea eso, que me pone triste España.

Me pone triste España porque no tengo esa libertad que tenía en Austria (algún día tendré que escribir algo sobre mi estancia allí), porque tengo que vivir a dos pasos de una de mis ex (últimamente acumulo demasiadas en este capítulo, creo), porque aquí no me siento completo. A pesar del fútbol, válvula de escape y sostén; obviando mi familia.

Huir. ¿A dónde? Esa es la pregunta. "Anywhere but here" tiene puesto cierta persona que tiene más o menos la misma sensación que yo. Quizás me haya pegado este sentimiento que llevo impreso en la piel, el olor de la descorazonadora realidad.

Porque en España, al menos para mí, no hay futuro. Todos los planes que tenía hace un año se fueron al garete hace 9 meses, que a su vez se han ido al garete hace un mes. Todos los esquemas mentales partidos, fracturados. En crisis como todo Cristo.

Escribo sin mirar atrás, sin corregir, sin pensar si sintácticamente o semánticamente están bien redactado. Me apetece desahogarme y para eso tengo mi blog. Precio que hay que pagar por el cansancio mental...

Wake me up when september ends. Please.


viernes, 3 de agosto de 2012

La crisis económica en el deporte cordobés


En el presente artículo podría tratar de hablar del equipo mayoritario de Córdoba, el Córdoba C.F., que está pasando una auténtica crisis en el apartado económico. Sin embargo, he decidido centrarme en otros ámbitos, mucho más cercanos y numerosos en cuanto casos dados. 


Aunque el título del artículo muestre una realidad palpable y que a buen seguro todas las personas relacionadas con algún tipo de deporte conocemos bien, no podemos dejar de poner de manifiesto una triste situación que afecta a todos los deportes, porque como siempre, en primer lugar afecta  a los deportes  minoritarios para acabar engullendo a otros que parece que tienen una base más sólida, como es el caso del Córdoba C.F.
Si éste es el panorama en la cúspide deportiva, en el club más profesionalizado de la provincia, ¿qué se puede esperar en las categorías inferiores? 


Este es el caso del fútbol masculino en categoría amateur, que atraviesa un momento crítico, aunque como se ha mencionado arriba, este deporte quizás sea la cúspide de la pirámide de desapariciones este año. Todas las categorías no profesionales han sufrido gravísimos recortes en sus presupuestos, viniéndoseme a la mente así, rápidamente los casos del Balonmano Pozoblanco, Cajasur de Tenis de Mesa (que, aunque es campeón de Liga, no podrá participar en la máxima competición continental por falta de recursos) o el mismo Cajasur de Fútbol Sala Femenino, mejor equipo cordobés de la historia, que ya el año pasado tuvo serios problemas para salir a la competición.

Si en esos niveles (División de Honor B en Balonmano, Superliga en Tenis de Mesa y División de Honor en Fútbol Sala Femenino) hay problemas, qué decir de categorías tan sumamente amateurizadas como es la Preferente de Fútbol, donde muchos equipos están teniendo que renunciar a su plaza que han ganado en los terrenos de juego.


A pesar de los durísimos tiempos que corren para el deporte en la provincia califal, nos queda un triste consuelo, y es ver cómo sin dinero, en todos los clubes se acaba mirando alrededor, fichando y jugando con jugadores locales, llenando de ilusión y esperanza a los jóvenes locales que tienen un escaparate y una oportunidad para darse a conocer en sus respectivos equipos.

Artículo perteneciente al número 1 de la revista "Al-Musara. Educación y Deporte"

jueves, 24 de mayo de 2012

Aficionados de 2ª

A partir de todo lo que se está liando en twitter, he decidido revivir este blog mugriento que estaba criando malvas (o casi). Como diría don Arturo Perez-Reverte, me goteaba el colmillo.... glup, glup.

Después de este inicio, continuaré exponiendo lo sucedido para mí durante esta semana caótica que siempre es la feria. La feria, tradicionalmente, es un tiempo de excesos, que todos cometemos en Córdoba. Y se ve que la nueva directiva ha tenido ganas de armonizarse con el paisanaje, visto lo visto en el recinto ferial.

Así llegamos al jaleo de las entradas. Que sí, que nos han timado, que nos han jodido. Que dijeron una cosa en mitad de los excesos y en realidad hicieron otra. Que muy bien. Pero que si realmente te interesa este maldito (bendito) club, lo de menos es que tengas que pagar 8 € por una puta entrada para el partido más importante para este club (y si me apuran, el partido más importante para esta ciudad, imaginen los ingresos que supone un equipo en primera), cuando en realidad te han dicho que costaría 5. Qué más da esos 3 putos € de timo cuando constantemente te están timando en la feria por tomarte una copa, una jarra de rebujito o un paquete de tabajo, hostia ya.

A éste cabreo latente, que al final, a pesar de mi mesura habitual, he explotado. Yo he sido partidario siempre, como otros muchos ( @sanctus249 el más vehemente) de no dividir entre aficionados de 1ª y de 2ª. Pero es que, coño, me lo ponen a huevo. Y aquí es donde inserto mi teoría.

Para mí, Córdoba tiene una afición de 1ª. Me explico mejor, tendrá una afición de 1ª cuando esté en 1ª, porque todo el mundo se subirá al carro y todo Córdoba será blanquiverde. Lo chungo...

Lo chungo, señoría, es ser un aficionado de 2ª. Si me apuran, de 2ªB. De 2ª, habitualmente en Córdoba somos unos 8.000. En 2ªB, si no me fallan los cálculos, 6.000. Eso es tener dos huevos, estar a las duras y a las maduras, soportar auténticas estafas (atraco con premeditación y alevosía) por ir a ver a tu equipo a campos lamentables mientras que cobran 30 € por una entrada. Y pagarla sin remilgos, a pesar de la división, de la categoría, del rival, de la situación financiera. Esos son los auténticos aficionados de 2ªB.

Así que... usted, qué tipo de aficionado es? De 1ª o de 2ª? Yo lo tengo claro, soy un asqueroso aficionado de 2ª. Y orgulloso y honrado de serlo.

P.D.: No voy a hablar del domingo, porque tengo confianza en que lo ganaremos y estaremos en el playoff, pero animemos, ayudemos, sumemos para conseguirlo.

domingo, 25 de marzo de 2012

El surrealismo puro

"Si yo en realidad estaba montado en el metro y me iba a mi casa"

Aviso al lector. Este post es inmenso y se trata de una crónica. Queréis saber lo que pasó? Leedlo, pero estáis advertidos de que es inmensísimo. En todos los aspectos, longitud y calidad del mismo. O de la historia narrada, vaya.

Sí, amigos, así empezó todo. Había quedado para terminar de perfilar los últimos detalles sobre mi inminente viaje a Venecia (y algún dios misericordioso sabe dónde más). Estaba montado en el metro, con Amparo, una amiga mía, cuando de repente... me llaman. Ferrán.

Aunque algunos que lean esto no les pongan rostro a los nombres, otros sí, así que diré los nombres. Porque cada nombre cuenta, juega un papel en esta historia...

F: "Ey tío, Mario, dónde andas?"
M:"Pues en el metro, tío, ya voy pa casita, qué quieres?"
F: "Vente para Stephansplatz (la catedral, el centro mismo de Viena), que hemos quedao allí con Laura y Ana y vamos a Museumsquartier (otra parte del centro donde se hace botellón y se está de lujo por las noches) a hacer botellón"
M: "mmm... venga vale, anda, voy un rato"

Así es como decidí salir. Llegados a este punto, es el momento de explicar mi indumentaria y mis acompañantes. Empecemos por los acompañantes. Casualmente tenía en mi brazo derecho una botella de Ballantines por la mitad del día anterior, con el Red Bull que me había sobrado. Casualidades. También llevaba un kindle, de mi hermana, que jugará su parte importante en las siguientes horas (No, Isa, no te lo he perdido, tranquila!).

Ya hemos hablado del acompañamiento, que por mano del destino, era el adecuado. Ahora hablemos de mi indumentaria. Nunca he sido yo un chico de arreglarme, soy más dado a la ropa "sport" (bellísimo eufemismo) que a vestir decentemente con bonitas prendas. Yo había ido a la residencia de Diego a terminar de perfilar esos flecos, recordáis? Pues adivinad cuál era mi atuendo...

Pues no, queridos, no iba de chándal... Llevaba unos vaqueros y un chaquetón, muy decentito todo. Eso sí, debajo llevaba la camiseta de México, que me he puesto por primera vez durante la Erasmus. Casualidades, todo casualidades.

Así pues, una vez hecho este largo inciso, me dirigí al lugar indicado. Tras los saludos, Ferrán me comenta que tenemos que ir a otro lado, que habíamos quedado en Schwedenplatz, no en Stephansplatz. Tras las coñas de rigor, decidimos encaminar nuestros pasos (éramos el propio Ferrán, dos franceses y Adrià, el hermano de Ferrán) hacia el lugar indicado. Allí habíamos quedado con Laura y Ana.

Bien, a estas alturas estarás pensando ¿Qué demonios hay de nuevo para que sea surrealista? Pues comencemos.

Una vez allí, tuvimos que esperar a estas dos señoritas durante más de una hora. Pero creedme, finalmente mereció la pena. Vaya que si la mereció. Porque cuando llegaron, resulta que no íbamos a hacer botellón, sino a entrar en los pubs. Mis ojos en ese momento eran dos platos enormes, porque yo llevaba una botella de cristal y sabía que obviamente no me iban a dejar entrar con ella. Así que tras un alarde de ingeniería y un derroche de ingenio (intentar meter la botella en el bolso de las chicas y luego debajo de mi chaqueta) entramos al bar.

El bar, de cuyo nombre no quiero acordarme (tampoco me sé el nombre... jajaja) era un antro inmundo. A esas horas (2 A.M.) en Austria no hay nada más que borrachos, y Laura tuvo la feliz idea de que compartiésemos mesa con unos chicos. Bendita la hora que dijo eso. Porque resultó que uno de ellos era un ligón empedernido, y estuvo metiéndole fichas a Ana durante 20 minutos. Su cara era un poema, casi al nivel de las nuestras. Por diferentes razones, obviamente. Ella era de sufrimiento como si le estuviesen clavando agujas, mientras que nosotros sonreíamos, en el mejor de los casos, con timidez.

Así hasta que el chico comprendió que era infranqueable esa fortaleza y le dió por sacarme de mi ensimismamiento televisivo. Porque lo único bueno en aquel bar, aparte de la cerveza verde que sobró de San Patricio, era que estaban poniendo un capítulo de Juego de Tronos. El chico me tomó por un alemán, (supongo que no era suficientemente guiri ir con una camiseta de México, no sé) así que empezó a hablar en esa bella lengua.

Si juntamos mis vastos conocimientos de alemán (?) y su borrachera carente de dicción, comprendereis que mi respuesta fue "Sorry, I don´t speak German". Y ahí fue el comienzo de una serie de frases, que eran (las que pude captar) tales como "No deberías estar aquí si no sabes alemán" o "Por qué no sabes alemán?" finalizando con un "vete de aquí, venga sal conmigo". A todo esto, dado mi natural carácter flemático, le dije que no iba a ir a ningún lado y el chico se fue, dejándome en mi ensimismamiento televisivo junto con mis amistades.

Porque en esta fase entra en acción Adrià, el hermano de Ferrán. Decide tomar las riendas del grupo y nos propone ir a otro lado, que es su "last night" aquí. Laura acoge la idea con entusiasmo y yo, que a estas alturas creo haberlo visto todo por esa noche, decido continuar. Y hete aquí que cojo un vaso de estos de plástico a la salida del bar, y decido empezar a darle uso al Ballantines y al Red Bull que llevaba guardado bajo la chaqueta. Decido empezar a beber para no ser el único que no bebe del grupo.

Hasta entonces habían sido una serie de pintorescas escenas, pero nada tan bizarro como ir bebiendo en manga corta, con la camiseta de México, un Ballantines con Red Bull por mitad del centro de Viena. Nuestros pasos acaban dirigiéndonos a la estación de metro, y allí suceden dos cosas. La primera es el "esquinazo" no deseado a los franceses. Creíamos que íbamos en la dirección correcta, y ellos fueron los primeros en tomer las escaleras mecánicas. Estábamos a punto de cogerlas el resto del grupo cuando caímos en la cuenta de que no era el camino a seguir. Les dijimos adiós con la manita con carita de pena, como cuando ves hundirse a un barco y ves que no hay remedio de reflotarlo. Momento muy gráfico, la verdad.

La otra situación curiosa es la vuelta que dimos por mi culpa. Todo por no esperar mucho rato el maldito metro, cosa que al final se tornó en mi contra. Porque estuvimos esperando casi más tiempo el siguiente... jajaja... Lo único bueno de este momento es que fuimos acabando la botella de Ballantines entre los presentes, poniéndonos aún más a tono. Fue en este trance cuando Ferrán ya, afectadete, le dice al hermano "No, no quiero que bebas más chupitos, ya me los bebo por tí". Risas aseguradas en el dichoso metro. También fue este punto cuando encontramos a una mallorquina, a un profesor que guiaba "un rebaño de 25" (literalmente en sus palabras y en español), aunque creo que nunca sabremos de qué era el rebaño. xD

Total, que finalmente dimos con nuestros huesos en la fiesta deseada por Adrià, que estoy seguro que no era la que anhelaba. Básicamente porque la música era indie y allí los únicos que parecíamos estar agusto con esa música éramos Ana, Laura y yo. Pusieron The Strokes, Franz Ferdinand y, sobre la bocina, Ana pidió Placebo. Se la pusieron, irradiamos felicidad, bailamos con unas energías fantásticas... vamos que lo dimos todo (es el primer bar de este estilo que encuentro aquí) y nos marchamos cuando no había música ya. Sí, amigos, si en ese momento buscaba usted la palabra "cierrabares" en el diccionario salían nuestras demacradas caras. La mía en especial era un poema, creía que ya no me podía pasar nada más que provocase mi carcajada, pero no, todavían quedaban momentos por vivir.

Llegó el momento de la despedida del par de hermanos, con un abrazo sentido para Adrià, que se encargo de recordarnos unas cuantas veces "No es un adiós, es un hasta luego, volveré", envuelto en un perfume de ebriedad. Fichaje. Jugón. Artista. Máquina. Fistro. Promete este chico.

Así pues, quedábamos los últimos de Filipinas. El mosquetero y las dos mosqueteras. Y hambrientos. Decidimos encaminarnos a poner fin a esta tortura post-fiesta que es el hambre mañanero. Decidimos ir, cómo no, al McDonalds. Pero el restaurante más cercano estaba cerrado, abrían a las 7, y eran las 6:40. Y había gente haciendo cola esperando para comprar!! Así pues, decidimos ir al McDonalds de Karlsplatz.

Y aquí ya la cosa se nos fue de las manos. Si lo anterior daba para tesis doctoral sobre filosofía de la vida y el surrealismo práctico, no hay palabras para definir lo que nos pasó allí. Para empezar, no había mi objeto de deseo, unas McDoubles. Por qué? Porque a esa hora sólo servían desayunos. Así que... ya me véis a mí, bebiéndome el café (con la nariz tapada con dos dedos, odio el café) mientras me comía una hamburguesa, mientras Laura y Ana me acompañaron en ese trance, ellas gustosas con su café.

Pero quedaba la traca final. Porque a poco que agudizamos el oído, nos dimos cuenta de que no éramos los únicos hispanoparlantes en el bar. Había un grupo de sudamericanos, que estaban allí liándola un poco. Pero sobre todo, había un grupo de 3 cerca de nosotros que... madre mía.

Entabló el chico conversación al grito de "Sois españoles?" Un clásico. A lo que contestamos que sí. Respondieron mis acompañantes que eran de Valencia y me preguntó que si yo también. Le dije que de Valencia del sudoeste, de Córdoba. "De Sevilla?" inquirió de nuevo. "De Córdoba" volví a responder. Decir que el diálogo era besuguesco es ser respetuoso y amable para lo vivido en ese momento.

Resulta que el chico era de Posadas (un pueblo de Córdoba). Imaginaos. El surrealismo puro.

Nos estuvieron contando los amables chicos que trabajaban allí, en Viena, todas sus peripecias y aventuras, a lo que nosotros correspondíamos con las nuestras de Erasmus. Hablamos de España, de trabajo y de la vida. Vamos, lo que se dice divagar a esas horas, que era de día. Las 7 de la mañana, concretamente.

A todo esto, quedaba el toque final típico mío de perder las cosas. Porque mi kindle todavía se hallaba en poder de Ana, que estaba en otro lugar esperando el bus. Así que, ahí está el tío, corriendo por todo el centro de Viena, en búsqueda de esas dos grandísimas personas en busca de mi kindle. La guinda perfecta para una noche inolvidable.

"Yo iba a mi casa en el metro..." recordaís? Pues sí, era el comienzo. Y ahora sabéis el desarrollo y el final. Increíble, pero real. Grandioso, a su vez. Y sí, totalmente surrealista.

lunes, 27 de febrero de 2012

Odisea

"Háblame, oh Musa, de aquél varón de multiforme ingenio que, después de destruir la sacra ciudad de Troya, anduvo peregrinando larguísimo tiempo.."

Escribo estas líneas mientras estoy sentado en el aeropuerto de Madrid-Barajas. A las 18:00 de la tarde he comenzado a escribir, cuando debería de estar de camino para Viena, al menos, recorriendo un largo trecho del mismo.
Podría argumentar que escribo por el mero interés de mis seguidores del blog, lo cual sería una doble mentira. La primera, porque sería tirarme el farol, considerándome escritor de fama, y sobre todo, la segunda, que es la principal razón de que escriba. El aburrimiento. Sí, un aburrimiento atroz, de fin de semana sin deporte.
El que nunca ha tenido que soportar una espera para coger un avión, posiblemente no comprenda estas palabras, tan poco productivas y escasas de cualquier tipo de calado. Como ya  he dicho, estoy esperando mi vuelo, hacia Viena. Cuando debería de haber embarcado a las 15:35. Sin embargo, aquí estoy, sentado en una butaca casi tan dura como las que hay en mi facultad, haciendo tiempo gracias a la ineficacia de Iberia.
Podría ponerme a despotricar sobre la compañía, realizar paralelismos jocosos entre la lentitud y la manera de hacer las cosas de la aerolínea española y el país mismo. Pero no, ya se me ha pasado la cólera, la ira y todos aquellos pensamientos que hacían que se me llevase el diablo hace dos horas. Es más, escribo esto con una sonrisa torcida, semi irónica, sarcástica. Con el típico humor negro, fatalista y resignado que me caracteriza. Maldiciendo mi perra suerte, que ya podía estar casi en casita, con todo en orden y sin sobresaltos. Como debería ser, como los alemanes mandan.
A pesar de lo cual, no todo son malas noticias. Estoy sentado junto a una impresionante cristalera en la T-4, viendo un atardecer precioso, observando el suave tránsito de aviones que llegan y se van. Viéndolos aterrizar desde que apenas tienen la forma de un pájaro hasta que se vuelven inmensos casi junto a mí y tocan tierra. Son tan parecidos al mío, y, sin embargo,  tan diferentes al que debería de haber sido mi pasaje…
Porque mi vuelo ha partido delante de mis narices. Literalmente. Un odio frío me recorre en un primer momento cuando pienso de nuevo en ello. Pero luego río interiormente, porque ha sido tan de película, tan patético… Hemos llegado a la misma hora que partía el dichoso avión hacia la capital austríaca.
He descendido el primero, con los ojos exaltados, sin pensar, con la misma cara que pones cuando ves que estás perdiendo un partido y se acaba el tiempo. Desquiciado por la actuación arbitral, además. Esa cara de no creértelo, de por qué me pasa a mí. Qué he hecho para merecer esto. Mientras; corres como no hubiera mañana, no te paras a observar nada, las caras son borrosas, esquivas carritos, maletas, personas… con una habilidad en el slalom que ya lo quisiera Messi. O Linsday Vonn. O Alberto Tomba. O Fernández Ochoa.
Pero bueno, no todo han sido malas noticias después de ese shock que me ha hecho cruzar la T-4 corriendo entera, de punta a punta (lo cual tiene un mérito enorme, creedme, es inmensa la cabrona). Al llegar al punto de información de Iberia, me han dicho que hay vuelo a las 20 h. Bueno, mejor dicho, programado para tal hora, claro. Porque es tan teórico como decir que España tiene soberanía nacional y que existe una democracia con división de poderes. Ya, claro. Te lo tienes que creer antes de que te entren ganas de pegarle fuego al tinglado entero. A ambos tinglados.
Además, en dicho mostrador, aparte de darme una entrada para la siguiente lotería, me han dado un ticket. Para comer. Gratis, cosa que he agradecido mucho. Y pensándolo fríamente, es una brillante estrategia comercial. Porque con el estómago lleno se ven las cosas de otro modo, se sobrelleva de otra manera. Así que ya me puedo catalogar como romano feliz. He tenido pan, y he tenido circo. Hala. Plas, plas, fantástico. Y a otra cosa. Suerte que tiene uno ¿eh?
Cuando escribo, de vez en cuando, al pensar una palabra, una frase, cómo expresar una sensación, miro hacia la ventana. No dejan de llegar, de seguir llegando en esta bulliciosa ciudad en sí misma que es una terminal de un aeropuerto. Que es una pequeña España en chico. Con sus inmensos defectos y sus escasas virtudes. El clima, por ejemplo. El paisaje. Y, sobre todo, algunas de entre el paisanaje, que hace que se te pasen por la mente mejores ideas para entretenerte que escribir una entrada en un blog.
Pero bueno, he de terminar, me estoy quedando sin batería y he conseguido que pase un rato, expresándome y desahogándome mediante la escritura. Ya queda menos para llegar a una tierra que cada vez parece más el paraíso sin sol.

P.D.: El avión salió tarde, llegó tarde a Viena y provocó que tuviera que coger el último cercanías casi a la carrera. Un epílogo digno de la historia...

sábado, 21 de enero de 2012

Suspicious Mind

"Puedo escribir los versos más tristes esta noche"

Recién llegado del gimnasio. Me siento frente al ordenador. La lluvia arrecia contra los cristales. La noche es fría y desapacible. Sin embargo, en mi interior un calor súbito me sube por la espalda hasta llegar a la nuca. No tiene nada que ver con el sudor que me impregna, pues vengo de realizar un esfuerzo notable. No, para nada. Tiene que ver con ella.

Ella.


Porque acabo de mirar mis redes sociales, por enésima vez. Clicando en refrescar la página a ver si tenía novedades, instintivamente. Y, como siempre, acabo entre sus fotos, una vez más. Para poder verla, aunque sea virtualmente. Recordar su cara, sus manos, su cuerpo. Hoy hemos vuelto a hablar, como dos tontos, durante horas. Me quiere, o eso pienso. A pesar de todo. A pesar de que ni soy guapo, ni alto, ni fuerte. Ni millonario, que aunque no lo parezca, importa.


En esas estamos cuando vuelvo a mirar por la ventana, melancólico. Qué pasaría sí...? me he preguntado mil veces. Si la hubiera conocido bien antes. Mirándola de otra manera. Si hubiera habido otro contexto. O la más frecuente y letal. 

Si estuviera aquí. 

Así podría enseñarle todos y cada uno de los lugares que he conocido en esta travesía, este exilio, a tantísimos kilómetros de su cuerpo, de su sonrisa, que tanto me gusta. A tanta distancia de sus vaciladas calculadas, de sus palmetazos tontos como respuesta a alguna burrada con mi media sonrisa de truhán.

Si aceptase venir de una vez... Si pudiese y se diese la ocasión...


En esas estaba cuando caigo en la cuenta. Me devuelve a la realidad el twitter, tengo una mención a mi petición sobre un partido de la NBA. Súbitamente, despierto de mi ensoñación. Debería ducharme. Me estoy enfriando. Y no me conviene pensar tanto en ella. Estoy de Erasmus y aquí la gente no piensa en tías que están en España, sino en rubias esculturales venidas del este. Mucho más cercanas. ¿Por qué yo sí?


Ya en la ducha, bajo el agua caliente del hidromasaje, pienso. Otra vez en ella, aunque en mi misma mente me rechaza el pensamiento. Decido concentrarme en el hidromasaje. Pienso en el lujazo de tener un hidromasaje, de poder ir al gimnasio a estas horas. Aunque súbitamente, mi mente calenturienta piensa en las barbaridades que se podrían hacer en este mismo habitáculo con ella. Vuelvo a esbozar esa media sonrisa picarona. No puede ser, me digo.Todos los caminos llevan a ella. Me resigno, como cada noche. De fondo suena "Suspicious Mind" que se me ha ido viniendo a la mente.


Pues eso, podría escribir los versos más tristes, pero sin embargo, aquí estoy, feliz. Como un imbécil. Porque nos escribimos y nos acordamos uno del otro. Mucho. Tanto que estamos deseando de volver a vernos, contando los días para la vuelta. A pesar de estar a más de 3.000 km. de distancia.



martes, 17 de enero de 2012

"El derbi más clásico del Siglo"

Aficionados!!! Todos a las elecciones. Empieza el nuevo campeonato con dos claros favoritos: PSOE y PP, aunque parece que va a ser un torneo de dos, luchando por la tercera posición encontramos a IU y UPD, con el PA coqueteando con los puestos de descenso.

El PSOE llega a este campeonato con la misiva de salvar la temporada, ya que solo le queda esta competición donde pelear por la victoria tras obtener sendas derrotas en otras secciones como Castilla-La Mancha o Extremadura. Un PSOE que llega con la novedad del cambio de coach. Tras la destitución de Chávez y su ayudante Zarrias, se le encomendó el proyecto a Pepe Griñán que tiene como objetivo darle continuidad. En frente tendrá al eterno aspirante Arenas, que tras varias derrotas contundentes en los años anteriores sigue comandando la nave popular. El resto de equipos no quieren que esto se convierta en una torneo de dos, ni por presupuesto ni por historia, y quieren hacerse notar y pelar hasta el final por tener sus opciones.

Un torneo, cuya final tendrá lugar el 25 de Marzo. Se esperan unos meses duros, de alternancia de acusaciones en ruedas de prensa para intentar captar a aficionados que los apoyen. Declaraciones como “ese partido esta amañado, han cobrado ERES” o “hacen un juego resultadista, no aportan nada”. En definitiva ataques al rival en lugar de ensalzar y elogiar las estrategias, a los jugadores y a la afición propia. Y es que la táctica de moda es jugar a la contra, intentando demostrar que el rival es peor que nosotros en lugar de ir con la mentalidad ganadora de “somos mejores que ellos”. Del análisis de las declaraciones de los equipos, se deduce que ninguno va a desarrollar un juego vistoso, simplemente se van a dedicar a especular con el resultado y a despejar balones fuera, es decir, jugar al pelotazo y defender el 1-0.

Cada partido tiene el apoyo incondicional de sus socios (que aunque no se sepan el himno, pagan igual) y la visita en el palco de antiguos jugadores y directivos como Felipe González o Aznar que calentarán el ambiente más aún. Una pretemporada donde son muy importantes los spots publicitarios para captar abonados. Destacar el “Papá, ¿por qué somos del PSOE?” emitido por el grupo socialista o el “Comunista, popular, socialista” emitido por el grupo popular. Y es que los abonados de cada equipo son fans incondicionales, no saben por qué, pero lo son, llevan los colores de su equipo a muerte y se encaran con los aficionados del equipo rival. Toda esta campaña para obtener el importante apoyo de los denominados “comepipas” o “voto indeciso”.

¿Pero qué sería de todo este circo sin el morbo y el despiste que ejerce la prensa y sus “expertos”? y pongo expertos entre comillas porque los “comentaristas” o “periodistas”  que van a narrar estos encuentros, que van a cubrir las ruedas de prensa no tienen ni idea de por qué ha pitado un libre indirecto, ni por qué no saca tarjeta, es decir, no se saben el reglamento. Eso sí, de estadísticas de quién es el máximo goleador, máximo asistencia, partido que se pierde con tal árbitro si saben. Pero eso no dejan de ser estadísticas meramente anecdóticas, no por saber más datos sabes más de lo que hablas. Pero con estos datos banales distraemos a los aficionados y dotamos de emoción el ambiente como arma de distracción. Hecho que parece entrar en contradicción cuando en los reportajes gozan de atención ese colectivo que canta el “Po-lí-ticos, Mer-ce-narios”, pero no, es otra estrategia más de distracción usando a los espectadores que están en contra para usarlos como camuflaje de los datos de su gestión.

¿Por qué hacemos apología del fair play y de la libre expresión si acudimos a las urnas como borregos? Ya basta de la típica expresión: “yo es que mi familia es de derechas o de izquierdas y tengo que votarlo” Mas de la mitad de los afiliados del partido ni acuden a las juntas, ni saben las cuentas, ni se han leído los estatutos de formación del partido, pero no importan, con tener fichajes de nombre y ganar les basta. Solo queremos la satisfacción de Victoria, da igual jugando bien o mal.

Y es que todo vale para que en el luminoso del estadio aparezcan un mayor número de escaños que los del rival para poner el himno en el coche, la camiseta e invadir las ciudades celebrando el título. Es así de triste, nos distraen cual romanos con los juegos del Coliseum, con toda la parafernalia de alrededor más que con el encuentro en sí. 

Ellos desviarán los fondos de la recaudación de la entrada, seguirán sentándose en Tribuna y el público con que se le dé victorias tiene bastante. En definitiva, Pan y Circo amigos. Desde aquí hago un llamamiento al raciocinio y la coherencia, no acudamos cuales borregos al encuentro, no nos dejemos engañar.

One Luv

Let it snow, let it snow, let it snow...

Me siento gilipollas. Completamente estúpido. Pero es incontrolable. Para un tío del sur (del sur del sur, añado) ver caer nieve de esta forma es poco menos que un suceso paranormal, mágico. Cosa de brujería. Brujería negra, me permito añadir, sobre todo teniendo en cuenta que he de estudiar y ando mirando la ventana como un perfecto imbécil. Brujería que te atrae, como cuando ves un par de tetas y sabes que podrás estar horas y horas observándolas, embelesado, que jamás te cansarás de mirar. Pero la nieve, en lugar de no mirar por no faltar al respeto de la dama, te permite ser lujurioso con ella, tocándola y sobándola hasta convertirse en nada. Sin quejas. Sintiéndote en el mismo lugar cómodo, confortable, donde la sensación es parecida a estar flotando. Así no se puede estudiar, desde luego.

Supongo que esta entrada a la gente del norte, o los que tienen nieve con razonable frecuencia les parecerá una tontería. Incluso a mi vecino de enfrente, que me da que está acostumbrado a este tiempo, ya que tiene su ventana abierta.

A mí también debería de no asombrarme, si me paro a pensar fríamente (como no puede ser de otra manera con este tiempo). Porque la nieve es un fenómeno atmosférico natural, como el sol o la lluvia. Pero no, no es normal. Aquí nieva con una saña que sobrepasa cualquier límite, dejando los rostros fríos y contraídos al paso de los valientes que se atreven a atravesar este manto blanco que cubre la ciudad.

A pesar de lo cual, en mi fuero interior me alegra saber que no estoy tan loco. Todos los españoles que estamos en Viena flipamos. Valencianos, granadinos, malagueños... mediterráneos en definitiva más acostumbrados a los 40ºC a la sombra que a estar en negativo. No hay nada más divertido que observar un muro de Facebook de un Erasmus en esta ciudad ahora mismo. La euforia, la alegría que desprendemos, las ganas de salir a la calle y hacer batallas con bolas de nieve. Todos compartimos esas sensaciones. En suma, la felicidad del hecho insólito para nosotros (que no por ello menos esperado) que se muestra en forma de copos blancos regalados del cielo, dejando en la retina imágenes grabadas para siempre, para el recuerdo.

Mientras escribo ésto los copos caen. Algunos se deslizan lentamente, perezosos, hasta llegar al suelo. Como si disfrutasen del viaje mecidos por el aire. Otros, en cambio, van tan rápido en oblicuo que parece que tienen prisa por cumplir su cometido, por terminar ese engorroso trámite. Pero los que más me gustan es cuando el viento sopla tan fuerte que se desplazan en horizontal, como un ejército furioso en busca del final de la calle, dejando una densa cortina blanca a su paso, conscientes de su fuerza como unión.

Pero a mí realmente me da igual la forma que tengan de caer, yo lo que quería era ver nevar así. Y por primera vez en mi vida, lo he visto.

domingo, 15 de enero de 2012

"A propósito de Fraga, a contracorriente"

Como me gusta llevar la contraria, voy a expresar lo que pocos se atreverían a hacer en Facebook. Se ha muerto Manuel Fraga Iribarne, ¿y sabéis cuál es mi opinión? Se ha muerto un gran político. Ministro de Franco, sí, ¿quién de nuestra clase política, intelectual o empresarial no ha tenido pasado relacionado con el franquismo? Una gran mayoría: el padre de Manuel Chaves fue militar de alto rango afín a Franco, el padre de Bono fue falangista, Juan Luis Cebrián y mentor Jesús de Polanco (PRISA) hicieron sus fortunas y emporios gracias a sus relaciones directas con el “caudillo”, e incluso Miguel de Unamuno llegó a apoyar el 18 de julio, arrepintiéndose después. Represor, por supuesto que no lo voy a negar, pero, tan represor como Santiago Carrillo en Paracuellos del Jarama en la Guerra Civil Española. Si sacamos la ropa sucia de unos, hemos de sacar la de todos, o si no, conceder la oportunidad redención cómo sí se le has otorgados a sólo unos pocos, todos de la izquierda política.

Gracias a Fraga, se retiró la censura previa, aunque ésta continuó, de acuerdo. Fue un primer paso para un régimen inmovilista. Amplió la red de paradores nacionales, sí esos hoteles del Estado que muchos ven como un residuo burgués y que seguro que el día de mañana cuando tengan dinero, se hospedarán en ellos. Es padre de la Constitución de 1978, y digo bien en que “es”, porque la Constitución sigue vigente a pesar, seguro, de alguien. Resumir a Fraga como ministro de Franco, es obviar los últimos 40 años de la Historia de España. Es obviar aquellas frases que espetó a personas como Tejero el 23 F : “¿puede la Guardia Civil tenernos como a una pandilla de forajidos a tantos hombres indefensos? Yo ya no puedo más, disparen contra mi”.

Me quedo con las últimas palabras de la columna de Rosa Montero (El País) que saldrá publicada hoy, 16/I/2012: “Hoy lamento la pérdida de este hombre irrepetible: el mundo será más convencional sin su presencia. Además, creo que hay que reconocer su esfuerzo por apaciguar en su momento a la derecha más cerril. Esto es: le agradezco que se comiera a los caníbales.” Fraga, con sus errores y defectos, fue fiel sólo a una cosa: a España. Su único objetivo fue servir a España y no como otros, que su único objetivo es el de servirse de España para sus intereses personales y los de su bolsillo.

miércoles, 11 de enero de 2012

Maneras de morir

"No era el hombre más honesto ni el más piadoso, pero era un hombre valiente"

Podría escribir de muchas cosas. De mi cansancio de hoy. Hacer una crónica. Repetir lo que se ha dicho, pero hay palabras que se me agolpan, lúcidas unas, borrosas otras. Porque todo ha ocurrido tan rápido...

Parecía que no podía ser, ya que tan rápido estabamos viendo cómo nos podíamos clasificar a ver cómo nos hundíamos como el Titanic. Intentando buscarnos el tiro asesino, viendo todo el mundo la sangre pero no sabiendo de donde viene. Desangrándonos. Hasta que nos hemos dado cuenta de que el disparo nos lo habíamos dado en el estómago, pero nosotros mismos. En esas andábamos cuando muchos pensaban que no era ni el momento ni el lugar para seguir luchando. Apagando la tele. Renegando.

Pero como esos irreductibles galos del cómic, resistieron ahora y siempre al invasor. Apretaron los dientes, se sacudieron el polvo y el dominio hasta darle la vuelta al signo de la batalla. Se puede hablar de muchos héroes, pero individualizar sería injusto. Desde el más veterano general que comandaba la estrategia hasta el imberbe joven que dio el segundo gol, merecían el orgullo, respeto y admiración de su legión de seguidores.

De repente, esas hordas que parecían invencibles se miraban unas a otras, intentando explicarse el ciclón que le había pasado por encima... había sido todo tan rápido... Tan inesperado... todo parecía sacado del guión de una película perfecta. De otro tebeo de Uderzo. Con banquete y el bardo (curioso, sus pantalones son blanquiazules) atado al árbol.

Sin embargo, nos despertaron. Y de qué forma. Dolorosa, como una puñalada silenciosa.  Como cuando vas borracho y de repente se te pasa al darte una mala noticia.

A pesar de lo cual, ese cruel fin que no parecía escrito para este cuento, queda la sensación, el sentimiento. El orgullo.

Decepción? Pues sí, queríamos más. Estaba al alcance de la mano, rozándolo con la puntita de los dedos. Queríamos más alegría. Más estadios llenos en copa, cantando el himno a capella. Más de esas imágenes que, al contrario que las gomas, no se nos borrarán por mucho que las usemos, sino que serán como una placa con cuyo contacto no hará sino sacar más brillo al pasado.

Pero esa frustración en ningún caso puede ser disgusto, pues observado en frío hay que mirar el camino recorrido en esta senda. Senda discurrida muchas veces sin pena ni gloria, sin darle apenas importancia, por parte tanto de técnico como de jugadores con las manos largas (entre otras habilidades) para coger el dinero y correr.

Por ello, no puedo sino alabar este equipo. Sentirme orgulloso, sacar pecho. Levantar la cabeza. Porque ellos nos han devuelto el significado de dignidad y compromiso.

Por ellos, alzo mi copa y brindo. Porque sus éxitos son mi felicidad. Felicidades por morir de pie, con las botas puestas.

domingo, 8 de enero de 2012

España: Hater Country

Hace un par de días en la famosa red social “Twitter” se vivió otro ejemplo más de la retrasada mentalidad española. Un señor llamémoslo “Señor X” hizo un ataque contra un rapero que había comentado sobre su malestar sobre que no le hicieran entrevistas en su tierra natal y si una web rumana. El señor X atacó “opinando”, y pongo opinando entre comillas porque su señoría puso #opino, que lo que él hacía "no era música".
 
Esto desencadenó una serie de respuestas entre sí. De estas contestaciones se descubre que el señor X no ha oído nada de este MC, que se guía por comentarios de un amigo suyo y encima se declara tolerante y respetuoso, pues es votante del PP y democristiano….


Mi indignación es patente, ¿cómo se puede defender la libertad democrática e ir insultando escondiendo los insultos bajo la argucia de es una opinión? Yo es que te respeto, pero eso no es música, ¿qué criterio usas para definir eso? Puedes afirmar que no te gusta su trabajo, correcto, ¿pero tienes que atacar de esa forma? Si no te gusta con no consumirla tienes bastante, no tienes porque ir y decírselo, simplemente borras su elepé de tu ordenador, porque seguro que lo has bajado, no has ido a tiendas a comprarlo, tanto que alardeas de respetar la legislación vigente… (Para que lo sepas, su trabajo está en descarga directa y gratuita)


Esto es un ejemplo de la hipocresía de estos neoliberales que bajo su rollo modernito y con valores aparentan lo que no son, ¿y por eso te crees más real o más auténtico? Así operan las copias y los clones de la sociedad, estas copias refritas de lo que nos venden. El problema (y ahora si pongo #opino, porque voy a opinar sin tener que ofender a nadie ni faltar el respeto) es que estos señoritos/as (que el lenguaje igualitario hay que respetarlo que no se nos ofenden algunos colectivos y nos acusan da machistas) es que actuáis como la mayoría porque si no os expulsan de vuestro círculo social y el estar apartados, marginados os da miedo. Necesitáis tener el sentimiento de pertenencia aunque no compartáis opiniones, gustos o simplemente seáis marionetas. La ignorancia os hace felices, el esfuerzo de pensar es demasiado agotador para vuestras primitivas mentes y tenéis que actuar como otros. 


Es así, esto es España. Vivimos en el mundo liberal donde la libertad es la excusa y el amparo para justificar acciones de ataque indignas, donde cualquiera con su “libertad” se crea una cuenta en una red social y despotrica lo que quiere, donde todo el mundo se cree con criterio y poder para opinar (insisto que no es opinar, pero bueno, si ponemos otros vocablos la gente no lo entiende y ese el otro gran problema de la mentalidad gañana de España: el confundir el significado connotativo del denotativo de las palabras, confundir el he dicho por el quería decir, como si viviésemos en un juicio permanentemente).


Así estamos, y así seguimos, creyendo que somos los más aventajados y el resto de países nos llevan años de adelanto, por eso en cuanto alguien en España hace algo innovador tarda años en comprenderse. Por eso criticamos cosas que haremos cuando pasen los años y miraremos al pasado, pero no aceptaremos los errores, ni reflexionaremos, y así nos va.
Esto es España. One luv

viernes, 6 de enero de 2012

Una noche inolvidable

"Qué noche la de aquel día..."

Esta primera entrada viene marcada emocionalmente, como espero que lo sean las demás. Sin embargo, no creo que todas las ocasiones serán tan únicas e inigualables para merecer el comienzo de un blog.

Sí, hablo de anoche. De la conjunción de factores que produjeron que ésta fuera absolutamente inolvidable. Volvía al Arcángel, a nuestro reino, después de 3 meses de exilio forzoso (no por parte del rey, sino de emisario en lejanas y frías tierras), y mi retorno no pudo ser más... no sé si existen palabras para expresarlo. Una especie de mezcla entre asombro/felicidad/amor que es difícil de concebir si no estuviste allí. Bueno, la parte positiva del asunto es que no se puede decir que fuimos poca gente, así que el sentimiento se puede comentar con más gente...

Porque es inconcebible intentar comprender lo sucedido anoche sin la previa. Una previa eufórica que merecía un final (momentáneo, eso sí) a su nivel.

Desde el inicio, cuando la directiva decidió situar el precio de las entradas en unos asequibles 10 € para el público en general, pasando por la respuesta popular, que pasó de una mediana euforia a un auténtico estado de histeria por conseguir una entrada (Conozco casos, que me tocan de cerca, que tuvieron que ir al estadio 2 veces a por entradas el mismo día), hasta que, de nuevo la directiva favoreció el gran momento de la noche.

Podría entretenerme en los prolegómenos, con el reencuentro de caras conocidas, todos anonadados ante lo que sucedía ante sus ojos, viendo cómo una procesión, bulliciosa y sobre todo, multitudinaria, se aproximaba sin cesar al estadio, a pesar de que quedaba mucho tiempo para comenzar. Lo nunca visto en esta ciudad anquilosada, reacia al cambio y la novedad.

Sin embargo, una vez dentro, sí había cambiado algo. Joder que sí. Desde la última vez que vine, muchas cosas habían modificado su curso. Ahora el estadio lucía magistral, lleno, como un campo inglés de esos que ves por la tele y sólo puedes sentir envidia. Pero no, no estaba en Inglaterra, estaba allí, en mi estadio, en mi casa, con los ojos muy abiertos y el corazón a punto de salirse del pecho. Creo que no he vivido un momento más intenso dentro de un campo de fútbol (y creo que he vivido unos cuantos...).

Podría ( y debería, para hacer justicia a esos héroes que ayer se batieron de igual a igual con todo un 7º de Primera División) hablar de fútbol, pero no. Porque si ellos nos hicieron disfrutar, a fe mía que lo consiguieron. Los recuerdos se me agolpan, pero aparecen en muchos casos difusos, como cuando sueñas, o cuando estás embriagado. Quizás sea eso, estaba borracho de éxito, sin necesidad de beber ni una gota.

Pero como toda borrachera tiene su "puntillo", ésta no podía ser menos. A pesar del mazazo que nos dieron, un chico de coleta y pelo repeinado que ni el Conde Lecquio en sus mejores épocas, nos sobrepusimos, y llegó el momento en el que salté, me abracé con mis compañeros, pero sobre todo, grité. Grité como si no existiera mañana, como si mi vida dependiera de ello. Todavía, incluso escribiendo estas letras, me tiemblan las manos al recordar esas bufandas, esas danzas con la música de los goles, esa vista alrededor que no podía imaginar.

Lo mejor, que pensábamos que había llegado, estaba por llegar, porque el segundo gol (totalmente merecido, a tenor de lo visto en el tapete, equipo visitante del que esperaba más, sinceramente) provocó un éxtasis fuera de toda borrachera. Lo que 5 minutos antes era impensable, se conseguía. La felicidad, el orgasmo futbolístico. El que estuvo allí y lee ésto, seguro que sabe de qué hablo. Esa sensación, ¿verdad?, pregunto con una media sonrisa cómplice.

Y así acabó, como acaban las cosas que tienen un buen final. Feliz. Completo.

Yo fui uno de los 19.311 (oficiales, ejem, lo de siempre) que ví ese partido. Y lo recordaré hasta el último de mis días.

P.D.: Fotografía cortesía de @LuisAlguacil. Muchas gracias.